top of page

Tiempo para planear. Por Patricia Villarroel.


ree

Creo que el estar encerrados en casa durante algunos meses nos ha llevado como sociedad a una especie de introspección colectiva. El tiempo es uno de los aspectos que más da para pensar, recordamos con nostalgia cómo eran las cosas antes y soñamos despiertos con todo lo que haremos cuando volvamos a la normalidad, o bueno, la “normalidad relativa”.

En tiempos de incertidumbre como estos resulta esperanzador leer o escuchar historias de aventuras que nos estimulen a soñar en grande, historias como la de Inés y Ronald, una pareja venezolana que se atrevió a volver realidad un sueño de su infancia.

En 2015 decidieron emprender una aventura en moto por Suramérica, dejaron sus trabajos y se dedicaron tiempo completo a prepararse para el gran viaje. Sin un destino fijo, meses después parten desde Maturín (Edo. Monagas, Venezuela) en una moto que se consideraría pequeña y hasta incómoda para cualquier persona, pero embriagados de la adrenalina y la emoción de quien se embarca hacia lo desconocido.

Estuvieron diez meses en carretera, cada vez con menos equipaje y más experiencias, pasaron por Brasil, Argentina, Chile y Uruguay, en cada una de sus paradas se vieron rodeados de una comunidad motociclista que resultó ser lo opuesto al estereotipo de rudeza impuesto por la sociedad, conocieron gente dulce y amable que los hizo sentir como en casa a pesar de estar a miles de kilómetros de distancia.

Hay detalles de su historia que quiero contar. Primero, se fueron con una modesta cantidad de dinero y les rindió durante todo el viaje, e incluso les sobró, se devolvieron con dinero en el bolsillo. Segundo, el periplo concluye con el muy esperado embarazo de Inés, terminaron una aventura para comenzar una aún más grande, ser padres. Tercero, me parece importante contarles la pareja no ha perdido el contacto con la mayoría de las personas que conocieron en el viaje, es impresionante su habilidad para mantener amistades regadas por el mundo a lo largo de los años.

Cuando les pregunté a Inés y a Ronald cuál fue la lección más importante que les dejó esta experiencia, la respuesta fue “aprendimos a agradecer”. Una lección que puede resultar valiosa para todos, especialmente en medio de esta pandemia.

La historia de esta pareja es un ejemplo de que los sueños sí se cumplen y de que se pueden emprender aventuras contando con modestos recursos. Aprovechemos el tiempo y comencemos a planear nuestra propia historia para iniciarla cuando todo vuelva a la normalidad.

Comentarios


bottom of page