Pensamientos sobre Dios. Por Bárbara Da Silva

K

Estoy cansada de no obtener respuestas de Dios. Cada vez que intento acercarme pareciera que quisiera alejarme más y más. Perdí a mi mamá cuando tenía once años. Ella era dulce, hermosa, con ojos de miel y cabello liso: un ángel caído del cielo… Recuerdo cuando su cabeza empezó a confundirse cada día más debido a su lamentable enfermedad, sus ojos me hacían saber que todo estaba bien aunque no lo estuviera. Recuerdo aquel día en que le abrí mi corazón a Dios, le lloré hasta secarme como una pasa y le rogué que no se llevara a mi mamá a su casa. Sin previo aviso, al día siguiente se la llevó, justo cuando el día anterior le había explicado cuánto la necesitaba… se la llevó así no más, dejándome un vacío en el corazón. Ocho meses después le di otra oportunidad, le pedí que me diera fuerzas para sanar rápido y seguir adelante; sin embargo, tenía otros planes que siempre terminan siendo muy diferentes a lo que le pido. Mi madrastra empezó a vivir en mi casa y era muchísimo peor que la madrastra de Cenicienta, incluso peor que la de Blancanieves, con la diferencia de que mi madrastra no ha mandado a que me arranquen el corazón y lo pongan en un cajón… por ahora. No sé cómo hay gente que habla sobre un Dios con buenas intenciones y dice que su tiempo es el más perfecto de todos, lo único que él ha hecho en todo este tiempo es dejarme con un corazón roto y con un cuerpo lleno de ansiedad y depresión. Estoy cansada de tener fe, estoy cansada de rezar sin ser escuchada, estoy cansada de seguir creyendo en algo que de seguro no existe. Creo que, simplemente, no soy su favorita.

B

Un día lluvioso como hoy, estaba en mi casa, sentada en la terraza con música de los setenta -escuchando a Queen- y acompañada de una buena taza de té verde, pensando en qué es la vida y cuál es mi propósito. Estas dos preguntas suelen rondar por mi cabeza día y noche; sin embargo, estoy consciente de que no hay una sola respuesta para ellas, solo Dios me contestará con el tiempo. Una parte de mí sabe que hay una fuerza más grande que nosotros, a veces lo llaman Dios, a veces le dicen Universo, y siempre querrá lo mejor para cada uno de los individuos que existe en la Tierra; nos ama a todos por igual, con la diferencia de que tiene planes distintos para cada uno de nosotros. Pero a veces no sé si mis planes son los mismos que tiene Dios para mi vida, me aterra pensar si él me alejará de mis sueños con la intención de protegerme o me guiará en cada paso del camino. No me puedo quejar, él me ha bendecido con una hermosa familia, con momentos maravillosos que se quedarán en mi corazón y con momentos de gran tristeza que se convirtieron en lecciones. Muchas veces he sentido que tengo una relación muy bonita con Dios, me da señales si las necesito y, aunque a veces no entienda cuáles son sus planes, sé que todo es para un propósito mayor y sé que los sueños de mi corazón él los puso ahí por una razón, para cumplir un propósito en este mundo.