Mi lugar favorito se ha vuelto desconocido. Por Giselle Pérez Hermoso

El momento perfecto: un plato lleno de arroz blanco, cazón y ensalada rallada, todo hecho por mi abuela favorita. El olor a mar, la presencia de mis seres queridos y unas frías… Hablo de cuando estoy en mi ciudad hermosa, Punto Fijo, Falcón. Me recuerda a mi infancia, me trae alegría y nostalgia.

Cada vez que viajo a Punto Fijo, mi cerebro solo piensa en estar sentada en la arena caliente, comiendo ostras con limón junto a mi familia. El único sonido que me gusta y que jamás me cansaré de escuchar, aparte de las canciones de reguetón, es el sonido del mar. ¡Cuánta paz transmite!

Pero todo ha cambiado a raíz de la migración venezolana. No he podido disfrutar de nuevo en la playa junto con mis seres queridos. Cuando voy a la casa de mi tía Francia, los cuartos se sienten vacíos y fríos porque la mayoría de mis familiares se han ido para otros países y los pocos que quedan están arreglando sus papeles para hacer lo mismo.

¿Volveré a tener la oportunidad de estar en mi sitio favorito con mi familia?