Le quedan 5 vidas al gato. Por Anyani García.
- ccomuniacionescrit
- 4 nov 2020
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-Por favor, no vayas a decir nada…Bueno, solo dile a Vanessa que estoy bien. Trancó la llamada y se quedó dormido con el sonido de la ambulancia de fondo.
Habían pasado horas desde que Andrés había salido de la casa y Vanessa estaba como una tetera, botando humo de la rabia y caliente de la arrechera. Le envió mil mensajes al joven, “desconsiderado, irresponsable, inmaduro e inconsciente”. Para mantener la calma apagó el teléfono y se durmió.
Eran las 5 a.m. La mujer, de treinta años, cansada y con el cabello tan peinado como lo podía tener recién despierta, se levantó de la cama para iniciar su rutina. Sabía que su hermano no había llegado a la casa. Le escribió un mensaje: “Chamo, ¿dónde estás tú? Mira la hora que es”. Como respuesta recibió la locación donde se encontraba. Un hospital. Sin creerlo, le volvió a preguntar: “¿Dónde estás tú? ¡Abusador!”. Recibió una llamada del teléfono de Andrés, pero quien habló fue un amigo para contarle lo que había sucedido. Se le nubló la vista. La respiración se le aceleró. Sintió un hormigueo en todo el cuerpo. No podía creer que estuviese pasando de nuevo.
-De verdad no lo sentí como una puñalada -comentó Andrés, mientras hablaba con su hermana y su hermano, quien escuchaba todo por videollamada. Ya habían pasado las horas de nervios, preocupación, agradecimientos a Dios y regaños, aunque esto último continuaría cuando estuviesen en la casa.
-De verdad parece que tuvieses las siete vidas de un gato -le dijo el hermano-. Aunque ahora te quedan solo cinco.




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