La catira de Chirimena. Por Viviana Centritto.
- ccomuniacionescrit
- 21 jul 2023
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 9 ene 2024

Nací en Chirimena. Mi papá vende artesanías y mi mamá hace peinados bien bonitos a los turistas. En la escuela me llaman de mil formas. Turista es una, pero ¡yo no soy eso!
Creo que es porque mis papás hablan distinto. En vez de decir ‘yo’, dicen ‘sho’. Pero es porque no son de acá. Yo sí soy de acá. No lo entiendo.
Otro de mis apodos es la catira. No me gusta. Mi mamá me repite que esos muchachos están enamorados de mí porque soy distinta a todas las niñas.
Ya quisiera ser como las chamas de la escuela. No me dirían catira, sino morenita bella. Me tostaría en la playa del pueblo y no me pondría roja como un tomate.
Cómo me gusta el mar de Chirimena. Tiene muchos colores: verde, azul y blanco. El verde se combina con el azul y el blanco viene en forma de espuma. Todas las tardes voy a verlo.
Tengo que ponerme un vestido muy largo: ¡mis papás no me dejan bañarme los días de semana!
Ahí estoy: mojándome los pies, sintiendo la brisa, queriendo estar dentro del agua... De repente, escucho muchos pasos. Un corre, corre. Qué ladilla. Los carajitos que me chalequean vienen a surfear.
–¡Catira, catira! –corean al unísono detrás de mí–, ¿por qué no vienes con nosotros?
Me volteo para insultarlos. No me la calo más. Pero no era conmigo. Le están gritando a unos chamos dentro del agua. Son dos: una niña y un niño, tan blancos que el sol se refleja en ellos.
–¿Turistas un día de semana? –les pregunto, asombrada.
–¡Qué va! –me responde uno–, son los nuevos. –Su mirada refleja curiosidad y asombro–. La chama está buenísima, ¿a qué sí, Camila?
¿Camila?... ¡Wao! Me dice por mi nombre. Miro a la muchacha de reojo. Con arrechera.
Me robó el título. Ya no soy la catira. Ahora soy Camila, otra morenita bella de Chirimena.



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