La Anosmia. Por Adrián Epi

El virus se había diseminado por todo el planeta. La única arma posible para enfrentarlo era la prevención y eso Carlos lo sabía muy bien. Su mayor preocupación era el contagio. Leyó, leyó mucho, al punto de convertirse en un experto en todo aquello que se relacionara con el Covid-19: síntomas, medidas, estudios clínicos. Si algo era seguro, era que el virus no lo tomaría por sorpresa.

–¿Por qué esa gran manzana verde frente a su nariz? –preguntó el médico.

–Simple prevención –respondió Carlos–.Por aquello de la anosmia. Así podré darme cuenta si tengo coronavirus…

Pudo sentir esa mirada escéptica, burlona, lastimosa que tanto había visto en otros. Ya no importaba como antes, pues él tenía la certeza que no estaba ni loco, ni enfermo. Allá ellos. Dio media vuelta en la dura y fría cama del hospital y le hizo señas a la enfermera para hacerle saber que le molestaba el respirador.